miércoles, 30 de enero de 2008

La Nostalgia Yorugua

Bueno, estaba en deuda con este blog.

Creo les había nombrado, en los mails, este libro qu eme compré hace un tiempo (no más de 2 años). Se titula "Guía de la nostalgia uruguaya" y su autor es Miguel Livichich, cantautor yorugua de la década del '70, con grupos como "El Sindykato".

Este libro, "Guía ...", está bueno, es ameno; no es una obra maestra de la literatura, simplemente es algo así como una conversación de bar entre el autor y uno, el lector. Si bien tiene recuerdos más viejos que yo, la mayoría son de la época de mi niñez a esta parte (tengo 41, aclaro).
Se divide en muchas secciones, como por ejemplo Frases y Expresiones, Usos y Costumbres, El Viejo Almacén, Curiosos Oficios, Juegos y Juguetes, Caramelos y Figuritas, Diarios y Revistas, El Fobal, Los Reclames y varios más. En cada una de estas secciones, tedeja algunas hojas en blanco al final, para que vos escribas aquello que recordás y no está en el libro.
Viene con este poster que les puse aqui (y que yo enmarqué y tengo a al entrada del apto).


Sin dudas este blog cobrará más auge pasado el verano y, quizás, en agosto, época destinada a la Nostalgia en Uruguay.
Si quieren, podemos ir tirando una categoria por semana o quincenal; tanto sea inspirada en este libro o ideada por cualquiera de nosotros, y vamos dejando nuestras opniones, recuerdos sobre ese tema o categoria.
Salú

martes, 29 de enero de 2008

El baile lluvia




En nuestra adolescencia, una de las cosas mas lindas que habían eran los bailes lluvia.
Ya desde la organización del evento había agite, porque había que estudiar bien a quienes se invitaba y tenía que coincidir la cantidad de ellas y ellos, para que nadie terminase planchando. No era nada fácil la cosa.
Recuerdo que a mí siempre me invitaban porque era la única que tenía un cassette con Eclipse total del corazón, Dreams are my reality, la de Tootsie y la de Reto al Destino enganchadas, bien como bailar lentas un buen rato.
Adornabamos el patio con bombitas Phillips azules, rojas y amarillas (cuando no había presupuesto las envolvíamos en papel celofán de colores y colgábamos las luces del arbolito).
El resultado: una “buat” casera de primera.

Pasábamos chiche bombón hasta la madrugada, rebobinando seiscientas veces el cassette, disfrutando la música “beat”, tomando la coca cola que traían ellos y comiendo las pizzas que traíamos nosotras.
Obviamente que en algún momento alguien te pedía para arreglar (tenías que ser moooy desgraciada para que nadie lo hiciera). Si no te gustaba mucho, igual había que decirle que sí para no quedar afuera del besuqueo, total al otro día se podía disolver el compromiso tranquilamente sin mucho llanto ni protocolo.
En fin, se hacía lo que se podía considerando que siempre venia la madre de la dueña de casa “a ver si los chiquilines necesitan algo”.
¡Que no jodiera más necesitábamos!
En serio, que ortibas que eran los padres, como si fuéramos a hacer algo pornográfico en el patio de una casa ajena.

¿Acaso no sabían que para eso estaba el Rosedal y el besódoromo?

martes, 22 de enero de 2008

Un estilo

Los ochenta casi se terminaban, y yo seguía con mi jogging rojo y negro, los championes y la vandana atada en la muñeca. Otros tenían la suerte de tener botitas topper (verdes eran las de Maxi, que era surfista y músico), algunas amigas se animaban a hacer una segunda perforación en su oreja para doble caravana o algún vidú, y todos tratábamos de evitar las sanciones familiares por romper nuestros vaqueros.

Mis vacaciones eran acampando en Piriápolis (para salir de noche en la larga caminata para bailar en Vértigo, o a tomar algo a la galería donde tocaban los que después serían Mona Lisa), pero también nos gustaba ir al medio de la nada al Arroyo Pando - pues se podía acampar en cualquier lado.

Born in the USA, Rasguña las piedras, Tirá para arriba, Cleopatra la reina del twist, Mi novia se cayó en un pozo ciego, musicalizaban nuestras reuniones en casas de amigos con padres tolerantes, donde compartíamos cervezas y cigarrillos mentolados.

Chetos/Conchetos, Terrajas, Hippillas, Punks, Reventados, Afiliados a la UJC, estaba bueno, había para elegir.
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viernes, 18 de enero de 2008

Tar Jeteando

Recién en el laburo dijeron al pasar “che, que cosa al pedo” y por asociación de ideas me vino a la mente la Tarjeta Joven.
Que forreada tan grande que fueron las primeras, ¿no?
Cuado las anunciaron, parecía que los adolescentes prácticamente íbamos a vivir de arriba gracias a los espectaculares descuentos que nos iban a dar solo por tener voz aguda y granos en la cara, por lo que obviamente salí corriendo a sacarla.
Me acuerdo que cuando llegué al lugar donde te las daban (frente al Templo Ingles, lo que es igual al orto del mundo) era como estar en el set de filmación de la Guerra de los Mundos.
Cientos de pendejos frenéticos haciendo cola, desesperados por la tarjetita como si en eso se fuera la vida, como si en el final hubiese una nave espacial que los iba a llevar gratis a Neptuno.
Claro, era la primera tarjeta que teníamos y nos sentíamos importantes. El que la conseguía la ponía bien a la vista, cosa que todos vieran que era el uno porque en la billetera tenía algo más que la cédula y el carné de socio del Bohemios.
Dejate de joder, cuando vi el librito con los paupérrimos beneficios que ese gobierno ladri daba a los jóvenes, me vinieron ganas de usar la tarjeta para abrirme las venas.
Descuentos del 5 y 10 por ciento en compras de zapatos, ropa de marca, libros, dentista, paseos en pony, vueltas en las lanchitas a pedal del Parque Rodó y viajes a Europa. O sea, cosas que me importaban tres quinotos porque de última la ropa, los zapatos y el dentista me los pagaban mis viejos y de lo demás hasta el día de la fecha no he hecho usufructo.
Pero todo eso son nimiedades comparadas con el hecho de que los beneficios aplicaban solo a las compras contado.
Ya el que tus viejos no sacaran tu ropa en 12 cuotas era de potentado, y si eras un adolescente con guita seguramente ni siquiera eras uruguayo, por lo que tampoco te correspondía la tarjeta.
No se tu, pero yo… nunca tenia un peso. En la mochila estaban la boletera, la cédula, papelitos con teléfonos (no habían celulares, que queres), los trencitos de los escritos y globeros de tutti frutti.
Entonces, si de verdad me querías hacer un favor, me hubieses hecho descuento en cigarros sueltos, un chorizo de carrito, media docena de bizcochos, condones, cerveza, entradas a la pista antiboliche del Platense y un predio en el camping de Atlántida. No me vengas con beneficios en viajes a Amsterdam y textos de Física de quinto.
Yo igual la seguí sacando hasta que me salieron patas de gallo, para hacerle un gasto al estado y para refregarles a todos que todavía la sociedad me consideraba joven.
Igual creo que con los años se fue perfeccionando y agregaron más cosas. Inútiles también, pero muchas en definitiva.
Bueno, a no ser tan mala onda, a alguien le debe haber servido la tarjeta.
A mí… de posavasos, por ejemplo.

jueves, 17 de enero de 2008

Y me regalaron un radiograbador!


Cuando era niña jamás mezclaba lo dulce con lo salado; la leche con té; los huevos con tomate; la mayonesa con la pasta, ni la pizza con el fainá. Era una niña ordenadita. Claro que la niñez no es una etapa eterna, luego llegó la adolescencia y ocurrió el desastre... lo que lamento es que no haya sido solo en asuntos de alimentos. La cosa se puso mezclada y desprolija por donde se lo mirara.

A los 11 años me regalaron mi primer radiograbador y recuerdo que lo primero que grabé fue Imagen de los Beatles y Giros de Fito y una de los Tontos y una par que estaba en el ranking de Independencia: Lady in Red y London London...

Sepan disculpar, una era joven e inexperiente, pero lo peor solo estaba por comenzar...



La imagen la robé de una película, les dejo la web oficial [AQUÍ]

Con sabor ochentoso

Una de las cosas que más recuerdo de mi adolescencia en los 80’s es la diversidad de personalidades que había de acuerdo al tipo de música que escuchabas. Era un derroche de exotismo por doquier.

Primero, estaban los pop. Los pibes practicaban la caminata lunar de Michael Jackson en el parquet recién encerado con las medias de plush del liceo. Las minas se colgaban crucifijos y se pintarrajeaban a más no poder en un intento de parecerse a Madonna. Ninguna lo consiguió.
Si eras New Romantic, adorabas a grupetes como Duran Duran, Spandau Ballet, Human League, The Cure, etc etc. Parte del look estaba en pintarse los labios y ojos y usar peinados altos con buenas pilchas. Supongo que ese fue el origen del metrosexual de ahora, o sea que podemos inferir que Beckham es un producto del New Romantic, además de ser un producto en sí mismo.
Los archi mega enemigos de los newros eran los metaleros, a los que trataban de mugrientos y terrajas.
Por otra parte, los metaleros eran la antítesis de los New Romantic. Se bañaban una vez por semana, tenían los pelos largos, cadenas y actitud bravucona. Cuando escuchaban a Metallica, Iron Maiden o AC/DC sacudían el pelo como si estuviesen en pleno ataque hemipléjico. Decían que los New Romantic eran putos y nenes de mamá.
Los surfistas vivían en una nube de pedos. Por supuesto que su grupo de culto eran los Beach Boys. Curiosamente eran todos rubios parejito, pero para mi que se teñían porque era mucha coincidencia que todos fuesen descendientes de alemanes. Como solo pensaban en la playa y en la resina de la tabla de surf, ni cortaban ni pinchaban. Estaban ahí, nomás.
Claro que habían muchas mas categorías, por lo que para el adolescente de los 80’s elegir a que grupo pertenecer no era moco de pavo.

Yo era New Romantic y no me avergüenzo en decirlo.
Adoraba a Robert Smith y quería casarme con él (o con John Taylor de Duran Duran en el caso que Robert me dijera que no).
Lo mas lindo de ser newro era presenciar las tales piñatas que se armaban con los metaleros en la puerta de Fantasía. En realidad, eran los metaleros los que venían a buscar camorra, nosotros estábamos en el boliche tranquilos y ellos se venían desde el Náutico hasta ahí solo para molestarnos.
Claro que siempre perdíamos porque ellos venían armados con cadenas y tachas y nosotros lo único que teníamos para defendernos era un tubo de fijador de pelo. No importa porque igual les dábamos batalla a los patoteros esos.
Bah, yo hablo como si hubiese participado de las peleas, en realidad el que iba para adelante era mi novio (que dicho sea de paso era re parecido a Boy George). Yo me limitaba a limpiarle la sangre y a recogerle los dientes del piso.

Ahhh, que linda época… como se ha perdido todo eso. Los adolescentes de ahora se pasan en el ciber y cada día están más nerds y opas. Es por eso que nunca llegarán a ser los adultos grossos, geniales y capos que somos nosotros.

viernes, 11 de enero de 2008

De boliche en boliche

La salida de la dictadura se nos hizo larga, pues aún en democracia seguían las razias, y andar por ahí de noche no era tarea sencilla. Recuerdo la gran paliza generalizada que desde los caballos recibieron varios amigos, que quedaron afuera del Cilindro la noche que tocó UB40.

Muchos recordamos al dúo Suarez & Troncoso ya entrados los noventas. Hoy actores famosos, gente de teatro y cine, por aquellos años hacían un show cómico en boliches como La Taberna de Licnobio (aún no era época de cubierto artístico, y uno compraba una Patricia de litro y te daban maní salado calentito).

Otros boliches de aquellas épocas eran el Nat Capiloncho / Cardhu Cafe, Juntacadaveres, Taj Mahal, Nuncajamás, e Intramuros.

Cada rincón tenía su mística, su gente y sus bebidas. En Nuncajamás había una ludoteca: vos pedías tu bebida y tu juego de mesa (noches inolvidables de clericó y mikado... imposible!). En Taj Mahal la sangría era estupenda: vino tinto (¿existían los VCP?) y rodajas de naranja enormes. Había otro (también en el centro pero más hacia el sur) que tenía una cerveza verde muy vistosa.

Más tarde apareció Amarillo, y siempre estuvo el Templo del Gato.
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jueves, 10 de enero de 2008

Zero - Banda tecno rock

De los conciertos del incipiente rock nacional de aquellos años, recuerdo con más cariño que ninguno el que dio la banda Zero para presentar su disco Visitantes en el ex Cine Censa. No solo sonaron estupendamente bien, tal cual como si uno estuviera escuchando el disco, sino que además tenían una propuesta artística con algunas bailarinas realizando coreografías acordes a las canciones y por supuesto con la puesta en escena del propio grupo, entre gótica y post punk. El vocalista por ejemplo lucía la cara totalmente blanca y los labios pintados de negro.... :)

Pero más allá de lo estético, lo que más me gustó fue el sonido que lograron, excelente. Unico grupo de los conocidos por aquel entonces con una propuesta de ese estilo, por ejemplo, sin bajo eléctrico, usando en su lugar sintetizadores. La mayoría de los grupos de aquel entonces estaban formados por el clásico cuarteto de voz, guitarra, bajo y batería.

La fecha exacta del concierto no la recuerdo, pero supongo que sería por el invierno del '88. Solo grabaron un disco y luego la banda se disolvió, según tengo entendido más que nada porque el vocalista se dedicó a su familia o algo así. De todas formas, el grueso del público de aquellos años no estaba preparado para una banda nacional de este estilo.

Más info en Wikipedia: http://es.wikipedia.org/wiki/Zero_(banda)

Y curiosamente, buscando una foto de Zero me encuentro con esto: http://guiadelrocknacional.blogspot.com/2007/12/zero.html

Teens post dictadura

Hace unos días - en ese rato previo al sueño profundo, que es cuando se me ocurren las cosas - se me antojó armar un blog para compilar recuerdos sobre la generación uruguaya posdictadura... es decir cosas como: Los Traidores, Tango que me hiciste mal, Marco de los Apeninos a los Andes, las figuritas de cartón de bandas como Metalica y ACDC, la TV empezando a las 5PM, el tiki-taka, el dúo Suarez y Troncoso, el boliche Amarillo, etc... es decir cosas que seguramente movilizarán a gente que como yo haya nacido cerca del año 1974.

Propuse a algunos amigos de la CUB y varios se prendieron, así que espero que entre todos podamos consturir un anecdotario de aquellos que fuimos "teen-agers" post dictadura. Es decir entre 13 y 19 años (para mi eso es 1987 -1993), lo que seguramente en la práctica abarcará el período 1984 a 1994.
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